La Salud Mental puede definirse como la capacidad de amar, disfrutar, trabajar y tolerar-tolerarse a uno mismo y a los demás.
Desde el Grupo de Trabajo de Salud Mental del PAPPS, nos recuerdan que para cuidar la Salud Mental y evitar su deterioro debemos atender determinados aspectos de nuestra vida cotidiana y prestar atención a dos aspectos fundamentales: cuidar de uno mismo y cuidar la relación con los demás.
CUIDAR DE SI MISMO
Entre las recomendaciones generales, debemos aprender a conocer las situaciones capaces de generar malestar psíquico y enfrentarnos a ellas.
Es importante reconocer nuestros diversos estado de ánimo, lo que nos hace estar alegres, tristes y también aquello que nos produce temor.
Tarea de aprendizaje el estar en paz con uno mismo, conociendo lo que podemos y lo que no podemos cambiar de nosotros mismos, incluído el aspecto de nuestro cuerpo. Esto quiere decir, aceptar nuestras capacidades y nuestras limitaciones.
Hemos de disfrutar del tiempo libre cuando dispongamos de él, empleándolo en actividades de ocio que sean satisfactorias, y cuidar aspectos de nuestra vida cotidiana como la dieta, el ejercicio físico y el sueño.
Actividad física
- Realizar ejercicio físico de forma regular aumenta la esperanza de vida y ayuda a mantener la salud física y mental.
- Es recomendable realizar el ejercicio integrando la actividad física en nuestra vida cotidiana: caminar, subir escaleras, pasear…
- Hacer ejercicio físico no implica llegar a hacer un esfuerzo «de competición». Niveles razonables de ejercicio son beneficiosos.
- No es necesario realizar toda la actividad física «de una vez»; puede practicarse todo el ejercicio deseable de forma intercalada durante el día.
- Realizar unos 30 minutos de actividad física moderada, la mayoría de los días de la semana, es suficiente para conseguir los efectos saludables que conlleva el ejercicio físico.
- También las personas mayores, con algún grado de incapacidad, que permanecen sedentarias en su domicilio, pueden mejorar aspectos como el equilibrio, la fuerza y la incapacidad, si realizan ejercicios físicos adaptados a su situación personal.
Sueño
El descanso adecuado beneficia nuestra salud mental. Las siguientes recomendaciones pueden resultar útiles:
- Es conveniente mantener un patrón de sueño regular todos los días, acostándose y levantándose a la misma hora.
- No acostumbre a desplazar más de 2 horas el momento de levantarse los fines de semana (suponiendo que durante la semana se descansa suficientes horas).
- Si el sueño es reparador (sin interrupciones bruscas ni sobresaltos), un adulto es suficiente que duerma 7-8 horas diarias, aunque las horas que precisa cada persona para sentirse descansado varían entre individuos.
- Es bueno realizar alguna actividad ligera y relajante la hora previa al acostarse (leer, escuchar música, tomar una ducha…), evitando situaciones que le activen o impliquen emocionalmente.
- Cuando decida acostarse utilice la cama y el dormitorio solo para dormir, manteniéndose inactivo mientras intente conciliar el sueño (no vea la TV, ni escuche la radio o lea).
- Debe evitarse el consumo de bebidas con cafeína y el alcohol; puede fragmentar el sueño. En cambio, tomar algo ligero, como un vaso de leche antes de acostarse puede ayudar a conciliar el sueño.
- Es conveniente disponer de un ambiente adecuado en el dormitorio. La habitación deberá estar oscura, silenciosa, ventilada y con temperatura adecuada.
- Si usted está acostumbrado a echarse la siesta, no la prolongue más de 30 minutos.