Envejecimiento saludable

Desde el GdT de Actividades Preventivas en el Mayor del PAPPS, nos hablan de dos aspectos importantes para tener un envejecimiento saludable. 

 

Las intervenciones nutricionales deben ir asociadas a la práctica de actividad física 

Destacan que es importante una buena alimentación para tener un envejecimiento saludable.

La nutrición inadecuada favorece la progresión de muchas enfermedades, contribuye a la etiología compleja de la fragilidad y se asocia a aumento de mortalidad.

Recomiendan realizar una valoración nutricional en mayores con factores de riesgo de malnutrición, pérdida involuntaria de peso o un IMC bajo. El Mini Nutritional Assessment (MNA) es el cuestionario más aceptado y utilizado a nivel mundial, ya que permite identificar a los sujetos en riesgo antes de que aparezcan alteraciones bioquímicas o antropométricas; y además, tiene un elevado poder diagnóstico y pronóstico.

 

El mantenimiento de relaciones sociales de calidad durante toda la vida es fundamental para prevenir el aislamiento social

A lo largo de la vejez aumenta la probabilidad de vivir en soledad. Si el aislamiento social es prolongado tiene consecuencias perjudiciales de tipo económico, social y sanitario (mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular, depresión, demencia y muerte prematura).

En esta revisión se abordan nuevos conceptos como la “esperanza de vida saludable”, que tiene en cuenta la morbilidad crónica y la salud autopercibida, y el “envejecimiento activo”, cuyo objetivo es mantener la autonomía y la independencia a medida que se envejece.

Como Médicas de Familia y Comunitaria debemos conocer cómo identificar a las personas susceptibles de padecer aislamiento social, los factores de riesgo y las intervenciones para combatirlo. Se recomienda que las autoridades a nivel nacional, regional y local, trabajen junto con las comunidades para evaluar el contexto social e implementar las intervenciones de acuerdo con las necesidades de los ciudadanos.