Prevención del aislamiento social

Según la definición de la Organización Mundial de la Salud, el aislamiento social se relaciona con «la falta de contacto con familiares, amigos u otras personas», y la soledad se define como «un sentimiento emocional, que puede ir acompañado o no de aislamiento social y solo puede evaluarse preguntando a las personas si se sienten solas». 

El aislamiento social es uno de los problemas sociales más graves y comunes en las sociedades que envejecen.

Se ha encontrado que la soledad tiene una débil correlación con el aislamiento social y que uno de ellos puede ocurrir sin el otro. Las personas pueden tener sentimientos de soledad a pesar de tener una participación social frecuente, mientras que otras personas sin interacciones sociales frecuentes pueden no sentirse solas. El aislamiento social y la soledad son conceptos separados con diferentes
predictores y resultados.

Aislamiento social como factor de riesgo

El aislamiento social en poblaciones de mayor edad es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular, demencia, depresión, trastornos del sueño, necesidad de atención a largo plazo y mortalidad. 

La edad aumenta la probabilidad de vivir en soledad.

En España, se ha producido un aumento hogares unipersonales en personas de 65 y más años, siendo mayor la proporción entre las mujeres que entre los varones (2018: 31,0 frente al 17,8%). La forma de convivencia mayoritaria entre los varones de 65 y más años es la pareja sola (sin hijos ni otros convivientes). Entre las mujeres predominan las viudas a partir de los 75 años sobre el resto de estados civiles.

Identificación de las personas en riesgo de aislamiento social

El aislamiento social habitualmente no es detectado en las consultas de Atención Primaria, por lo que es de vital importancia aumentar
la conciencia y el papel de los profesionales que están en primera línea, para fomentar la evaluación y la posterior implementación de intervenciones. Existen diferentes instrumentos para medir el aislamiento social:

  • Escala de red social de Lubben (Lubben Social Network Scale). Dispone de una versión extensa de 18 preguntas y de una abreviada
    de 6 que puede ser muy útil para el ámbito clínico. Mide los 3 aspectos esenciales de la red social: el emocional, la tangibilidad y el tamaño. Es un cuestionario que ha demostrado su validez y cuenta con una versión en español que los autores han publicado en su web
    http://www.bc.edu/schools/gssw/lubben/translations.html
  • La escala de soledad de UCLA (UCLA loneliness scale) y la de Jong Gierveld (Jong Gierveld loneliness scale) son las más
    utilizadas en Europa, miden la soledad subjetiva emocional y relacional.
  • La escala de soledad de la Universidad de California y Los Ángeles (UCLA-LS) es la escala más utilizada para evaluar la soledad en la población general. Desarrollada por Russell et al. en 1978 con el objetivo de evaluar las dimensiones sociales y emocionales de la soledad. Se ha convertido en un cuestionario clínico y de investigación clave. 
Las relaciones sociales, tanto en cantidad como en calidad, contribuyen a reducir la morbilidad y la mortalidad.

Las consecuencias de la soledad y el aislamiento varían con la posición social, dado que los mayores que tienen recursos económicos suficientes para vivir acompañados, sea con la familia o en una comunidad de jubilados, viajar, salir, realizar actividades y relacionarse,
las consecuencias adversas de la soledad son menores.

La soledad es menos común entre las personas que viven en vecindarios con mejores recursos, más seguros y físicamente accesibles. Un mayor compromiso social se ha asociado con una disminución de la discapacidad y una menor mortalidad. Las conexiones sociales mejoran la adherencia a los regímenes médicos y reducen el tiempo de hospitalización.

Intervenciones para abordar el aislamiento social y la soledad

Atención Primaria

Los profesionales de Atención Primaria debemos detectar y captar al mayor que está en situación de aislamiento social, registrarlo como diagnóstico en su historia clínica. Esto nos permitirá proponer intervenciones que disminuyan el riesgo de que el hecho de «vivir solo» y «sentirse solo» representan para la calidad de vida.

Los objetivos serian: conservar autonomía, adecuación de la vivienda, fomentar las redes de apoyo sanitario y social, realizar programas de enriquecimiento y participación social y actividades que aumenten la amistad, la autoestima y el bienestar.

Recomendaciones PAPPS 2022
  • Se recomienda realizar detección del aislamiento social en las consultas de AP y proponer intervenciones para disminuir los riesgos derivados.
  • Aunque no hay suficiente evidencia sobre la efectividad de las intervenciones para mejorar el aislamiento social, las que parecen ser más efectivas son aquellas que ofrecen una actividad social y/o apoyo dentro de un formato grupal y en las que los individuos participan de manera activa.
  • Se recomienda mantener relaciones sociales de calidad durante toda la vida para prevenir el aislamiento social
  • Se recomienda que las autoridades a nivel nacional, regional local trabajen junto con las comunidades para evaluar el contexto social e implementar las intervenciones de acuerdo con las necesidades de los ciudadanos.

 

Más información en la Actualización PAPPS 2022: Actividades preventivas en el mayor.